En el mundo de la empresa, hay que ser lo suficientemente hábil para operar sin que, como ocurre en muchas ocasiones, podamos invertir demasiado dinero en una acción determinada. A menudo solemos pensar que las empresas cuentan con todo el dinero del mundo para realizar sus producciones, invertir en publicidad y asumir los costes propios de su actividad. Y no es así. Los recursos de una entidad, como los de una economía familiar, son limitados y eso hace que, a veces, el ingenio sea mucho más importante que los billetes. Y es que, de hecho, es el ingenio el que trae los billetes hasta nuestra cuenta.