La construcción y la minería son dos de las actividades humanas que más impacto han generado en la naturaleza. Es importante partir que aleaciones metálicas como el acero galvanizado son sostenibles y sirven de base para levantar una economía circular que cubra las necesidades de los hombres, al tiempo que cuida el planeta.
Manuel López Caamaño, presidente de A.T.E.G., Asociación Técnica Española de Galvanización, una organización que representa a la industria nacional de galvanización en caliente desde 1965, dice que el acero galvanizado es un material de alta durabilidad y reciclable al 100%, por lo que lo convierte en un material indispensable para el desarrollo de una industria y de un sector de la construcción que sea sostenible.
La preocupación por el cuidado del planeta está cada vez más arraigada. El cambio climático es un hecho. La tozuda realidad desvanece cualquier planteamiento negacionista. Podemos ver, en estos momentos, como países desarrollados como el nuestro están aquejados por una intensa sequía que deja consecuencias sociales y económicas preocupantes. Los datos científicos señalan que atravesamos una tendencia de transformación del planeta que parece imparable. La sociedad es consciente de que es responsable de esta situación y nos esforzamos a todos los niveles por buscar soluciones que frenen o reviertan el proceso.
Una de estas soluciones es la que se ha llamado “transición ecológica”. La transformación de la forma de producir y de consumir. Intentando reducir el uso de combustibles fósiles en pro de fuentes de energías renovables. Limitando la extracción de recursos naturales y apostando por otros que se pueden reciclar y darles una segunda vida.
El impacto sobre el planeta de lo que podríamos llamar la vida doméstica, lo que hacemos los ciudadanos día a día, es evidente. Pero más importante es, si cabe, la influencia de la industria. De ahí que buscar materiales como el acero galvanizado es clave para efectuar ese cambio que tanto necesitamos.
¿Por qué el acero galvanizado es un material ecológico?
El acero galvanizado es un tipo de acero que se recubre por una capa de zinc. De esta manera se protege de la oxidación producida por la corrosión atmosférica. Aumentando su vida útil considerablemente.
Debido a sus propiedades se emplea en la fabricación de estanterías industriales, cables de acero o cobertura de techados. Estas son las características por las cuales podemos afirmar que el acero galvanizado es un material ecológico:
- Reciclable: El acero galvanizado es altamente reciclable, lo que significa que puede ser reutilizado una y otra vez sin perder sus propiedades. Esto reduce la demanda de recursos naturales y minimiza la generación de residuos.
- Durabilidad: Debido a su resistencia a la corrosión y a la intemperie, el acero galvanizado tiene una vida útil prolongada, lo que reduce la necesidad de reemplazo frecuente y el consumo de recursos.
- Eficiencia energética: La producción de acero galvanizado requiere menos energía en comparación con otros materiales, lo que contribuye a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y al uso más eficiente de los recursos energéticos.
- Bajo mantenimiento: Su resistencia a la corrosión y a la degradación significa que el acero galvanizado requiere menos mantenimiento a lo largo de su vida útil, lo que reduce la necesidad de productos químicos y recursos para su conservación.
- Compatibilidad con otros materiales: El acero galvanizado se puede integrar fácilmente con otros materiales de construcción, lo que permite sistemas de construcción más eficientes y sostenibles en términos de energía y recursos.
Durante todo el siglo XX, para el aprovechamiento de los metales o para la producción de aleaciones, la industria se veía obligada a extraer mineral del subsuelo, alterando con ello el espacio natural.
Para trabajar el mineral debía someterlo a altas temperaturas en industrias metalúrgicas que funcionaban con carbón y posteriormente con petróleo y gas natural, contaminando de esta manera la atmósfera.
El uso generalizado del acero galvanizado reciclado reduce la extracción de recursos naturales. Al ser un material de larga durabilidad requiere un menor reemplazo y, por tanto, los efectos medioambientales de la fundición son menores. Todo esto, además, teniendo en cuenta que reciclar acero galvanizado requiere un menor gasto energético que fabricar acero desde cero. El acero galvanizado es un material que permite poner en marcha una economía circular dentro de la industria pesada.
La economía circular.
Para frenar el cambio climático, Europa se está esforzando en impulsar una economía circular. “Reparar, reutilizar y reciclar” son los tres verbos que definen este planteamiento.
La web oficial del Parlamento Europeo dice que la economía circular es un modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales, materias primas, productos y medios de producción que han sido utilizados o consumidos anteriormente.
De esta forma se reducen los residuos industriales y domésticos y la extracción de recursos naturales. Aquellos materiales que ya no utilizamos o que han quedado obsoletos sirven de materia prima para fabricar nuevos productos.
Un planteamiento que se enfrenta radicalmente al de la obsolescencia programada. El modelo que dirigió la producción y consumo de la humanidad durante el final del siglo XX y el principio del siglo XXI. El cual conducía a la sociedad a un consumismo desaforado con graves repercusiones ambientales.
A principios de este siglo, los fabricantes producían los productos con una vida útil reducida. Pasado tres o cuatro años no tenías más remedio que comprar un nuevo teléfono móvil, un ordenador o una televisión, puesto que el que tenías, dejaba de funcionar. Reparar el dispositivo te salía más caro que comprar uno nuevo. La gente nos veíamos obligados a comprar productos no por consumismo, no por estar a la última, sino por necesidad. De esta forma crecían exponencialmente los beneficios de las grandes multinacionales que los fabricaban.
En aquellos momentos se impuso el consumo de usar y tirar. Comprábamos productos perecederos que pasado un tiempo terminaban en la basura. Aumentó, por entonces, el volumen de los residuos que vertíamos al planeta.
La economía circular está reactivando otros sectores productivos que parecían abocados a la desaparición, como la reparación de bienes y maquinaria. Un sector que crea millones de puestos de trabajo y que permite que los productos que utilizamos tengan utilidad durante mucho más tiempo.
El empleo de materiales reciclables y reutilizables como el acero galvanizado permiten llevar esta economía circular, no solamente a la producción de bienes de último consumo, que son los que compramos en las tiendas, sino a la industria y a la fabricación de materiales intermedios y bienes de equipo. Una acción de gran calado que tiene repercusiones beneficiosas sobre el medio ambiente.
La agenda 2030.
Otro tema del que escuchamos hablar bastante cuando nos referimos a la protección del planeta es la “Agenda 2030”. Esta es una resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas que se aprobó por mayoría el 25 de septiembre del 2015 y que pretendía transformar la economía mundial en 15 años, impulsando un modelo de desarrollo sostenible.
La página web de la Organización de Naciones Unidas (O.N.U.) dice que los objetivos de la Agenda 2030 son 17:
- Poner fin a la pobreza extrema en el mundo.
- Acabar con el hambre en el planeta.
- Permitir el acceso a la salud a todos los habitantes del mundo.
- Permitir su acceso a la educación.
- Disminuir las desigualdades entre hombres y mujeres.
- Promover el acceso universal y responsable a los recursos acuíferos.
- Potenciar el uso de energías renovables no contaminantes.
- Que estas transformaciones se correspondan con un crecimiento económico y con una mejora de las condiciones de vida y trabajo del conjunto de la población.
- Innovación y renovación de la industria con una menor repercusión medioambiental.
- Reducción de las desigualdades entre distintas zonas del planeta.
- Promover ciudades sostenibles no contaminantes.
- Promover una producción y consumo responsables.
- Reducir la acción climática. Disminución de la emisión de gases de efecto invernadero y reponer la capa de ozono.
- Preservar la vida submarina.
- Proteger los ecosistemas terrestres.
- Velar por la paz y la justicia en el mundo, consolidando instituciones internacionales sólidas.
- Promover alianzas entre los países para alcanzar estos objetivos.
Como vemos, más que objetivos en sí mismos, son líneas maestras para transformar el modelo productivo. En Europa, la parte del planeta en la que vivimos, se ha prestado especial atención al aspecto ecológico y no tanto al social. En concreto, la Unión Europea para el 2030 se ha propuesto alcanzar el equilibrio ecológico. Es decir, que reponga tantos recursos como utiliza. Así como reducir considerablemente la dependencia de los combustibles fósiles y la emisión de gases de efecto invernadero. Potenciado, para ello, el empleo de energías limpias y el uso motores eléctricos, frente a los motores de combustión.
En todo este camino, el empleo de materiales reutilizables y reciclables, como el acero galvanizado, es un recurso fundamental.
Sin duda, una de las cuestiones más importantes que vamos a abordar en las próximas décadas va ser cómo producimos y qué consumimos. En ello nos jugamos la salud del planeta.
