Desde hace años el sector de la abogacía y la procura se ha aliado con la tecnología para mejorar la vida de los abogados y procuradores. De hecho, recordemos el hecho de que los sectores de la abogacía y la procura son sectores con siglos de tradición que durante décadas han mantenido ciertas prácticas que en otros sectores se abandonaban.
Un ejemplo es el uso del papel, que con la implantación final para los Letrados en 2016(ya que los procuradores ya la utilizaban de manera habitual con anterioridad) se ha reducido considerablemente el uso del papel a la hora de presentar demandas, recursos y escritos de trámite.
Pero la tecnología va un paso más allá, ya que a la hora de buscar información los Abogados y Procuradores tienen muchas fuentes (que sobre todo son fiables) para buscar información aplicable directamente a los casos. Esto se representa con las famosas bases de datos de jurisprudencia, en las que con una simple búsqueda se puede conocer el criterio jurisprudencia de un determinado tema en un determinado tribunal, y sin quitar la vista del ordenador. Antes para hacer esto se tenían que recurrir a los clásicos libros de Jurisprudencia que se encontraban en las estanterías del despacho (elemento vintage y casi imprescindible), y que constituía una tarea realmente tediosa.
A día de hoy lo que está en el foco de la actualidad es el Legaltech, un término que lleva unos años en el sector y que se acuñó por los países anglosajones por referencia, Estados Unidos y el Reino Unido. Este término se utiliza para denominar las herramientas tecnológicas que se ponen al servicio de los abogados, para hacer más sencillas las tareas de los mismos (como puede ser llevar la contabilidad o la clasificación de documentos). Pero simplificando el término, el mismo se refiere al uso de la tecnología aplicada al sector legal.
Llegados a este punto, y sobre todo teniendo en cuenta que el sector legal suele ser muy reticente a los cambios tecnológicos, se ha producido un cambio de mentalidad en la profesión. Y el resultado es que se ha dejado de ver a la tecnología como un elemento que quita tiempo, y ha pasado a ser una oportunidad para adaptarse un cambio tecnológico que les haga más productivos (al fin y al cabo en el sector legal, el tiempo lo es todo).
Y esto tiene una relevancia destacable hoy en día por el hecho de que los despachos en los que se implementa la tecnología, es más fácil para los abogados centrarse en el Derecho y no en los temas de organización del despacho. Trámites Fáciles Santander es un despacho multidisciplinar que abraza estas tecnologías para ser más productivos.
De esta manera, encontramos diferentes servicios de legaltech, entre los que los Letrados pueden automatizar o acelerar tareas que suelen quitar bastante tiempo, como puede ser la facturación o la llevanza de la contabilidad. También hay herramientas que generan directamente escritos legales de diferente índole introduciendo unos parámetros básicos. Y en los últimos años se está apostando por el Big Data para contactar con potenciales clientes, por medio de analíticas de bases de datos, marketplaces jurídicos y demás herramientas.
Una visión diferente del sector legal
Por tanto, vemos como un sector que ha estado anclado tecnológicamente desde hace bastante tiempo, se está desarrollando y implantando tecnologías para ser más productivos. Esto es en gran medida a que los Letrados que entran en la profesión han cambiado de mentalidad con respecto a la tecnología y la aplicación de la misma.
Y esto es algo que es realmente importante de destacar, ya que el sector legal es muy competitivo, y aquellos y aquellas que deciden entrar en el sector e la abogacía y procura se encuentran con una competencia feroz por parte de otros candidatos, y también es importante destacarlo, condiciones laborales realmente penosas.
Todavía hay despachos en los que, aprovechándose de los contratos de prácticas o pasantías, se evita contratar o dar la oportunidad para desarrollarse a los jóvenes abogados y abogadas. Y en el caso de querer establecerse por cuenta propia, la dificultad es todavía aún mayor, ya que (por ejemplo) ayudas económicas como las que se derivan del Turno de Oficio implican haber estado más de tres años ejerciendo como abogado.