Así se trabaja en una residencia de estudiantes

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Recuerdo que hace años, hablamos de décadas, lo de ir a una residencia de estudiantes era como estar condenado. La imagen que se tenía era la de ir a un sitio con normas estrictas, sin apenas medios tecnológicos, teniendo que compartir habitación con un desconocido e incluso, sin apenas poder tener vida social. Afortunadamente eso ha cambiado. Y ahora mismo estar viviendo durante el curso escolar en una residencia se ha convertido en una maravilla.

No hay mejor manera de conocer la situación que llamar a la puerta de una residencia de estudiantes para que nos cuenten cómo es todo allí. En este caso, las puertas de la Institución del Divino Maestro se abren gentilmente.

Para situarnos mejor, la residencia universitaria es una fundación benéfico-docente promovida y patrocinada por el Arzobispado de Madrid desde el año 1927. Entre sus universitarios destaca muy especialmente la dedicación al estudio y su magnífica disposición para la convivencia. Esta residencia de estudiantes en Madrid centro está organizada sobre un régimen profundamente humano y familiar, basado en la libertad y la responsabilidad de cada uno, que hace que los alumnos vean en ella una prolongación de su propia casa. Y es que nada tiene que ver ya con la imagen que tenemos del pasado.

Habitaciones y servicios en una residencia de estudiantes

Cuentan con habitaciones dobles y triples con baños comunes ubicados estratégicamente por los pasillos. Todas las estancias son amplias, no te imagines acinados en un mismo cuarto como pueda ocurrir en un piso compartido. Aquí tienes una buena comparación entre vivir en una residencia o en piso con amigos.

Además, ofrecen servicio de comedor, lavandería, conexión a Internet, salas de estudio, biblioteca, gimnasio, sala de informática, capilla, prensa diaria, etc. Para los estudiantes es esencial estar informado y poder tener acceso a las nuevas tecnologías. Está claro que estos servicios no los puedes tener en un piso compartido.

Y para los ratos de ocio, esta residencia para estudiantes en Madrid centro dispone de salas de vídeo, televisión y proyecciones audiovisuales, sala de juegos, sala de música e incluso de una magnífica pista deportiva para fútbol sala, baloncesto y vóleibol. Y es que no todo va a ser estudiar, tan importante es mantener una vida social para evadirte durante momentos de tu duro día a día.

Aquí la tentación de hacer fiestas se olvida. Pero aunque no puedas organizar fiestas en tu cuarto, te ofrecen una libertada para salir y disfrutar de los bares de Madrid. Es una residencia vas a hacer amistades de esas que perduran en el tiempo, parecidas a las que se pueden hacer en la ya extinta Mili.

Sus plazas, 127 en total, se agotan cada año demostrando y reafirmando que son un referente en Madrid como residencia universitaria. Pero si has llegado tarde, no te preocupes, si se produce una baja ellos se pondrán en contacto con los interesados en formar parte de esta residencia universitaria en el centro de Madrid, que se encuentren en lista de espera y esto puede ocurrir en cualquier momento del año.

El precio

Y lejos de lo que se puede pensar, residir en una residencia universitario no es caro. Sobre todo si se compara con todas las prestaciones que tienes y lo comparas con lo que puedes encontrar en un piso compartido. Ahora mismo los pisos para estudiantes son muy caros y no vas a tener todas las comodidades que te ofrecen en estos lugares.

Así, puedes encontrar plaza por encima de los 700 euros. Esta cantidad es común a todo residente, tanto en habitación doble como en triple. Todos los servicios están incluidos en el precio y hay descuentos en Navidad y Semana Santa por comidas, y en septiembre por retraso en la incorporación. Durante los meses de julio y agosto la Residencia permanecerá abierta para aquellos residentes que hayan estado durante el curso, y algunos servicios sufren una rebaja.

Después de un curso marcado por el coronavirus, y donde todas las clases se han tenido que suspender, es el momento de pensar en el próximo curso. Y una de las mejores ideas es que los padres apuesten por las residencias universitarias. Y más pensando que ahora la higiene será esencial, de ahí que uno pueda estar más tranquilo en un sitio así que un piso compartido donde las entradas y salidas son sin control.

Ya has podido comprobar que las residencias universitarias no tienen nada que ver con lo que había antes. Ahora son lugares seguros, acogedores  y sobre todo, muy preparados para que los estudiantes se formen y adquieran todos los conocimientos posibles.

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