¿Pan industrial o pan artesanal ecológico?

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A todos nos gusta comer, ¡y además nos gusta comer bien! Por ello, muchos planificamos qué vamos a desayunar, almorzar y cenar cada día. Y no hay duda de que, la mayoría de las personas, vivamos donde vivamos, integramos cierto tipo de alimento a nuestras comidas. Y es que existen ciertas tradiciones que, además de culturales, son tan saludables que no podemos permitirnos perder. En efecto, hablamos del pan.

Pero ¿de qué tipo? Porque existen tantas formas diferentes de hacerlo y con tantos ingredientes distintos que, aunque seas tiquistiquis, te aseguro que hay un tipo de pan perfecto para ti.

 

Pan, una tradición de generaciones

¿Sabías que el pan se creó hace ya 5.000 largos años? ¡5.000!

Hemos de remontarnos a la lejana prehistoria para ver sus orígenes. No sé si sabías que el trigo (base fundamental de pan, junto con la harina), empezó a ser cosechado aproximadamente hace unos 10.000 años, lo que derivó en cosecha de cereales (que era lo que más abundaba en esa época).

¿Y en qué derivó esto? Sencillo: los grandes historiadores piensan que el cultivo del trigo desembocó en que el pan se inventase en Egipto. ¿Cómo? Pues existe cierta leyenda (aunque cada leyenda tiene su origen en una historia real, piensa en ello) que nos cuenta que un panadero distraído olvidó su masa de cereales en cierto lugar, en lugar de cocerlo (que era lo normal). Este pequeño despiste provocaría que la masa tuviese el tiempo correcto de fermentación y se crease, de esta forma, ¡el primer pan! Y, gracias a las fértiles tierras del Egipto (a orillas del Nilo), se empezaron a plantar cultivos de cereales en abundancia para continuar elaborando pan.

Desde entonces, la elaboración de pan ha evolucionado tanto que resulta prácticamente irreconocible si la comparamos con cómo se trabajaba la harina y la masa madre en tiempos pasados.

Pero esto no quita una cosa: a todos se nos crea una sonrisa si echamos un rápido vistazo al pasado y nos ponemos a recordar a nuestra abuela trabajando sobre la masa, para después crear un delicioso, rico y tierno pan que nos comíamos a bocados. Y, si no habéis tenido la oportunidad de poder contemplar esta maravilla, ¡os sugiero que busquéis la forma de hacerlo, porque es todo un espectáculo!

 

El mundo ha evolucionado… y la forma de fabricar el pan también

Como ya has podido suponer, hasta antes de la aparición de las máquinas TODO se hacía a mano. ¡Y era lo más natural del mundo!

De hecho, hasta que no se crearon las máquinas a vapor o a carbón, incluso los desplazamientos habíamos de hacerlos gracias a los caballos. El mundo ha evolucionado muchísimo… pero, en ciertas cosas, muchas personas piensan que el pasado era mejor. ¿Qué queremos decir? Que he escuchado a muchas personas decir miles de veces que el pan hecho a mano sabe diferente, es mejor, tiene más calidad, alimenta más, y muchas más cosas que no te puedes ni imaginar.

¿Es cierto? ¿Es una convicción nacida de la nostalgia por los tiempos pasados, en la que, según creencias populares, todo funcionaba mejor? Sea como sea, la realidad es que cada vez son más las personas que prefieren las cosas hechas a mano (no solo en comida, sino en todo lo demás). El amor por lo artesanal ha provocado que viejas profesiones (panaderos, marroquineros, tejedoras, artistas…) vuelvan a tener un auge espectacular estos últimos años.

Hoy, vamos a diferenciaros entre el pan industrial, el pan artesanal ecológico.

 

Primero que nada, algo importante: ¿con qué está fabricado?

Depende. ¡Depende por qué tipo de pan me preguntes! No vamos a entrar a describir todos los tipos de panes que hay (sin gluten, de cereales, de centeno…), pero sí que vamos a explicaros qué ingredientes llevan.

  • Pan artesanal: Está elaborado con harina de trigo, agua y sal. Punto. No necesita nada más, ¡de verdad! De hecho, muchas personas intolerantes o alérgicas al gluten necesitan hacer el pan con harina especial porque, al llevar trigo (los cereales tienen gluten), no pueden comer pan normal.
  • Pan industrial: Además de todo lo anterior, el pan industrial (hecho en masa) lleva otros ingredientes que tratan de hacer que dure más… pero que pueden ser perjudiciales para la salud. Hablamos de los agentes oxidantes, emulsionantes y enzimas.

 

Todo sobre el pan industrial

¿Alguna vez has leído una etiqueta de un producto de un supermercado y has descubierto que la lista de sus ingredientes es demasiado larga para lo que es?

Por ejemplo, yo vi una etiqueta de un sándwich de atún que me hizo abrir los ojos. Debería llevar pan y atún. Punto. ¿Verdad? Pues llevaban muchos aditivos, antioxidantes y endulzantes que, en realidad, ¡no le hacía ninguna falta!

El problema es que producen alimentos envasados para que duren más tiempo… no para que sean saludables. A ellos les interesa que un sándwich dure tres meses, más que tenga alimentos que no va a perjudicar tu salud.

Y todo lo industrial (es decir, todo lo que se haga a gran escala o por maquinarias), tienen esos aditivos para que duren mucho más en el tiempo. Bollería industrial, pan industrial… todo lo que lleve el apellido “industrial” es una clara asimilación a “aditivos”. Si no me crees, te invito a ir al supermercado, coger cualquier cosa y leer la lista de sus ingredientes.

¿Sabes que son los E- + tres números más? Son aditivos, algunos muy peligrosos para la salud. Puedes leer más sobre ellos aquí mismo.

 

Pan artesanal (y, además, ecológico)

El pan artesanal (y ecológico) recibe esa catalogación debido a que los productos con los que se elaboran son 100% ecológicos y naturales. Por supuesto, llena harina de trigo, agua y sal. ¡Pero nada más! No se le echan aditivos, antioxidantes ni endulzantes. ¡Están elaborados para que se consuman el mismo día!

Por Dios, ¿alguna vez habéis caminado por la calle y os habéis acercado a una tienda de fabricación de pan artesanal? Uno de los mejores olores del mundo entero es el del pan recién hecho… pero el del pan de verdad, el fabricado a mano, ¡el de toda la vida! Es oler eso que se te haga la boca agua, ¡pero de forma literal!

Desde Rincón del Segura, nos aconsejan que, dado a que somos grandes amantes del pan para todo (la tostada matutina, el pan de por la tarde, sopetear por la noche…), escojamos uno elaborado por personas que lo trabajen con mimo y corazón.

 

Diferencias entre el pan industrial y el pan artesanal

  • La principal diferencia son, por supuesto, sus ingredientes. Como ya hemos dicho, mientras que el artesanal lleva agua, harina de trigo y sal, el industrial lleva muchos elementos que pueden ser muy nocivos para la salud. Por lo tanto, el pan artesanal es más saludable que el industrial.
  • Otra diferencia es dónde se venden: mientras que el artesanal se vende en panaderías locales, el industrial se vende en supermercados y en grandes tiendas alimenticias. Los supermercados no suelen elaborar su propio pan.
  • La forma de elaboración también es muy, muy diferente. Porque, mientras que el pan artesano se amasa con las manos y tarda en hacerse alrededor de seis horas (es un trabajo puramente manual), el pan industrial se amasa con aditivos en grandes naves industriales con maquinarias que facilitan mucho la elaboración (y que reducen su tiempo de elaboración, acelerando la fermentación y pasando a ser, tras esto, congelado y distribuido).
  • Al necesitar el pan artesanal un tiempo tan largo de fermentación, es mucho más digerible y saludable. En contraposición, el pan industrial suele ser menos digestivo que el artesanal.
  • El pan artesanal puede durar de 3 a 5 días al fresco. Al contrario, el industrial, el mismo día, ya puede presentar un estado duro o en forma de “chicle”. Por lo tanto, el artesanal se conserva mejor, y el industrial ha de ser congelado para conseguir que dure mucho más tiempo.
  • Sin embargo, otra de las grandes diferencias es la cantidad de fabricación. Porque, como el artesanal es un pan elaborado de forma manual y requiere mucho más tiempo, se hace expresamente para el cliente en las cantidades idóneas. En cambio, el pan industrial, como no requiere de tantas exigencias en la fabricación y tiene ayuda de maquinarias, suele elaborarse en cantidades enormes. De ahí que se congelen para su uso posterior. De esta forma, se ahorra en tiempo, porque ya está fabricado con anterioridad.
  • Por supuesto, al tener tiempos de fermentaciones distintos, el sabor también es distinto. El pan artesanal posee un sabor intenso y ligeramente ácido. Sabe a pan, en resumen. El industrial, en cambio, al no seguir los procesos adecuados, resulta mucho más soso e insípido que el natural.

 

¿Industrial o artesanal?

Sin duda, las cosas hechas con prisa y con maquinarias no suelen tener el mismo resultado que las que están hechas con las manos y el corazón. Eso sin contar, por supuesto, que el mercado artesanal necesita un apoyo del consumidor para que no desaparezca para siempre. Apoyar a los comercios artesanales es algo que deberíamos de hacer todos, y más ahora que hay tantas maquinas que menguan nuestro esfuerzo.

¿Y tú, cómo lo prefieres?

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