La industria textil ha sido, tradicionalmente, uno de los pilares de la economía española. Una zona como Cataluña seguro que sabe bien de lo que hablamos. Lo cierto es que esta comunidad ha asumido la fabricación de una buena parte de las prendas que se producen cada año en nuestro país y en bastantes zonas de Europa. Durante los siglos XIX y XX este ha sido uno de los sectores que ha dado de comer a más personas en la región e incluso con la crisis económica esta actividad ha sido de las más importantes.
La cantidad de empresas que se han dedicado a esta labor en Cataluña ha sido brutal, pero todas han encontrado en la tecnología a una aliada fundamental para convertir su negocio en algo mucho más rentable y eficiente de lo que lo ha sido con el paso de los años. La enorme capacidad de las máquinas que se producen a día de hoy y con las que estas empresas cuentan ha hecho posible que ese objetivo se haya ido cumpliendo en la inmensa mayoría de los casos, lo cual explica la potencia del sector tanto a nivel nacional como internacional.
La potencia del sector también se explica por otra serie de motivos: y es que los españoles somos de los europeos que más ropa consumimos a lo largo de un año. De hecho, y tal y como informó un artículo de El Periódico, consumimos un total de 34 prendas cada año y tiramos 14 kilos de ropa en el mismo periodo de tiempo. La variación de las temperaturas de invierno a verano en muchas de las zonas de nuestro país explica este asunto, así como la variación de las tendencias en lo que a la moda se refiere.
Pero nuestro país, y muchas de las empresas pertenecientes a la industria textil que lo componen, ha demostrado que es capaz de asumir todo ese volumen de producción que demandamos los españoles. La tecnología es la razón que explica esto. Hasta tal punto llega la influencia de la tecnología que, según un artículo publicado en el portal web mexicano Alto Nivel, hay un cierto temor dentro del sector a que sea esa tecnología la causa del desempleo de muchas de las personas que trabajan en él.
La influencia que está teniendo un elemento como la tecnología dentro de la producción de ropa y demás productos textiles es enorme y se hace especialmente evidente en lo relativo a la industria de la moda femenina según nos han comentado desde uno de los negocios en los que más relación guardan con este tipo de productos, HHG. La prueba de lo que venimos comentando es que el volumen de producción y de venta de este tipo de artículos ha crecido de un modo exponencial en los últimos años.
Cuando la tecnología y la moda se entrelazan
Ya hemos hablado de que el hecho de que la moda sea tan variable es uno de los factores que hacen que los españoles consumamos un montón de productos textiles a lo largo de un año. Pero es necesario añadir que la volatilidad de la moda es consecuencia directa de las facilidades que otorga la tecnología. A más facilidades, más producción. Y a más producción, mayor capacidad para probar cosas diferentes. Fácil y sencillo. Esta regla está más que comprobada dentro de un sector como este.
Pocos ejemplos habrá mejores que la industria textil para poner de manifiesto el desarrollo que se produce dentro de un sector gracias a la tecnología. Los procesos de producción se han agilizado de un modo tremendo, haciendo posible que en incluso en la mitad de tiempo se puedan producir el doble de prendas. De este modo los costes se abaratan y se tiene un margen mucho más grande que nos permite rebajar el precio de las prendas sin perder beneficio alguno.
La industria textil va a seguir siendo uno de los sectores de más importancia dentro de nuestro país. De eso no le cabe duda a nadie o a casi nadie. En ese proceso, las nuevas formas de tecnología que ahora se encuentran en su fase primigenia van a jugar un papel fundamental y sin el cual una industria no sería tan potente ni gozaría de un reconocimiento como la textil, una industria que va a seguir a la cabeza en nuestro país en cuanto a rendimiento y beneficio económico se refiere.