La cooperación entre el ladrillo y las instituciones, elemental para que la rehabilitación de edificios se haya granjeado un espacio en España

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Nos encontramos en un momento de la historia española en el que hemos visto cómo la principal fuente de negocio de nuestra economía, que no era otra que la construcción, se vino abajo tras la crisis del año 2008, llevándose por delante millones de puestos de trabajo y generando una de las situaciones sociales más tensas de las últimas décadas en el interior de nuestras fronteras. La construcción, que siempre ha sido un barómetro que permite medir la situación general de la economía española, se vio obligada a cambiar su estrategia y, años después, podríamos decir que va camino de conseguirlo.

No ha sido fácil, pero se ha producido un cambio de mentalidad entre las empresas que se dedican a este tipo de labores que se ha visto reforzado con la aparición de otras nuevas que han aportado savia nueva al sector. El caso es que hemos pasado de optar por la nueva construcción, que es lo que se venía haciendo en España desde mediados del siglo XX, a la rehabilitación de edificios, que es una alternativa que no solo es más adecuada teniendo en cuenta la constitución de las ciudades europeas modernas, sino que también puede generar una cantidad de puestos de trabajo mayor y, por ende, más dinero.

Es evidente que esto no hubiera sido posible sin la colaboración de las entidades públicas, que han tenido que permanecer muy pendientes de lo que se cocía en un sector que es capital para el desarrollo económico en un país como lo es el nuestro. La cooperación del sector público con las diferentes entidades privadas del ámbito de la construcción ha sido fundamental para llegar a las conclusiones que han sido básicas para que, por fin, empecemos a ver en la rehabilitación de edificios una manera de potenciar el sector y, por tanto, los ingresos de las empresas españolas.

En este sentido, fijaos en lo que apuntaba una noticia que fue publicada en la página web de El País en junio de este mismo año. El Gobierno estaba estudiando planes de construcción y rehabilitación de viviendas que crearan un total de 370.000 empleos. En la entradilla de la noticia, se aseguraba que un asunto como lo es la rehabilitación podría hacerse con un montante de 2.000 millones de euros en fondos de ayuda de la Unión Europea y de la inversión privada. Y es que no cabe la menor duda de que la rehabilitación es el futuro… por no decir que es el presente de la construcción.

Otra noticia, en este caso publicada en el portal web de El Español, se preguntaba desde su propio titular si era más recomendable construir nueva vivienda o rehabilitar. La noticia aseguraba que rehabilitar se había convertido en una alternativa energéticamente muy importante y que era ese uno de los motivos por los cuales estaba creciendo de un modo más que considerable las empresas y las personas que apostaban por esta fórmula en lugar de construir nuevos edificios.

Para que en España haya ganado terreno un aspecto como el de la rehabilitación por encima de todo lo que tiene que ver con la construcción de nueva vivienda se ha tenido que modificar la manera de pensar de muchas personas y entidades que tienen que ver con este sector. Afortunadamente, nos hemos empezado a dar cuenta de que rehabilitar es una opción más eficiente energéticamente, más barata y que causa menos molestias. Y esas conclusiones no se podían haber extraído si no hubiera existido un afán de colaboración permanente entre las empresas del sector y las instituciones públicas. Esta es la visión que los expertos de Planit Arquitectos Técnicos, una empresa especializada en asistencia de obras o soluciones ante humedades, entre otras cosas, nos han transmitido en una charla reciente.

Técnicas que ya funcionan en el resto de Europa y que generan beneficios

En países como Alemania o en zonas como Escandinavia encontrábamos el mejor antecedente para apostar por la rehabilitación en nuestro país. En estas zonas, la colaboración de los sectores público y privado fue determinante, en su día, para que la rehabilitación ganara terreno y se produjera todo tipo de mejoras en lo que respecta a un sector como el del ladrillo. Allí, esta manera de proceder terminó generando muchos beneficios en términos de generación de puestos de empleo y facturación. Y ese ha sido el motivo por el que hemos empezado a trabajar en este sentido aquí en España.

Los resultados están siendo buenos, pero no nos cabe la menor duda de que van a ser todavía mejores antes de que nos queramos dar cuenta. Y es que apostar por la rehabilitación de edificios es algo que siempre funciona y que pone las bases de un crecimiento interesante dentro del sector del ladrillo. En España nos hemos dado cuenta a tiempo y eso solo se ha conseguido gracias a un afán de colaboración y cooperación entre diferentes agentes sociales.

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