El autoservicio de lavandería

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Lo que hoy en día nos parece un gesto tan habitual y cotidiano como es meter nuestra ropa sucia en la lavadora y no nos planteamos de ninguna manera lavar nuestra ropa a mano, no hace mucho tiempo que existe. Y es que lavar a mano era la norma habitual de nuestras abuelas, pues no fue hasta mediados del siglo XX cuando las primeras máquinas lavadoras hicieron su aparición en el mercado, desterrando así poco a poco aquellas imágenes de mujeres lavando la ropa en las orillas de un río o en el lavadero público del pueblo, lo que suponía un trabajo que conllevaba un gran esfuerzo. Por ello, la lavadora rápidamente se hizo un hueco en la vida doméstica y se convirtió en un electrodoméstico indispensable de la sociedad actual.

Y lo cierto es que hemos seguido avanzando y tenemos nuevos hábitos de vida, la gente joven no tiene mucho tiempo para dedicarse a las tareas del hogar, los hijos se van a estudiar y trabajar a ciudades distintas de la residencia familiar, las viviendas cada vez son más pequeñas y no hay espacio para todos los electrodomésticos… Es por ello por lo que las lavanderías de autoservicio están experimentando un gran auge por sus múltiples beneficios. Así, si buscáis una de calidad, nosotros os recomendamos que llevéis vuestra ropa a Wash-up, puesto que este es un modelo de lavandería del futuro, sus lavanderías de autoservicio equipadas con programaciones ad-hoc cuentan con la tecnología más vanguardista del sector con graduación electrónica en función de la temperatura, carga de agua y tiempos del proceso del programa seleccionados, logrando así un considerable ahorro energético, un lavado más seguro, económico, rápido y una mayor suavidad y esponjosidad de las prendas.

Para proceder a un lavado correcto de nuestras prendas debemos tener muy presente la composición textil de nuestras prendas, para ello es importante conservar y tener en cuenta las etiquetas donde figuran los símbolos que nos indican el tratamiento al que se puede someter la ropa y las precauciones que se deben observar para proceder a su limpieza. Los tejidos más habituales en nuestra ropa son los siguientes:

  • Algodón. Tiene un gran poder absorbente y es resistente a la rotura ya ala abrasión, resistiendo bien su lavado a altas temperaturas, si bien lo normal es un lavado entre 30 y 50º dependiendo del nivel de suciedad, a más de 140º en seco, amarillea y disminuye su resistencia. En su lavado pueden emplearse todos los disolventes habituales, evitando la utilización de lejía por su posible decoloración, en caso de ser necesario es aconsejable el uso de un detergente con perborato. Por su tendencia a arrugarse se recomienda su planchado a 200º con el tejido húmedo para evitar un color amarillento quemado.
  • Es un tejido natural similar al algodón, pero más resistente a la rotura y con menos poder de absorción, resiste bien las altas temperaturas de lavado, si bien se aconseja su limpieza en seco o realizarlo entre 30 y 50º evitando el uso de lejía. Por su alta tendencia a arrugarse no conviene plancharla doblada siendo la temperatura idónea entre 200 y 245º siempre con el tejido húmedo para evitar el amarillento quemado.
  • Tiene una baja resistencia a la abrasión y su tendencia a la formación de bolitas no es aconsejable frotarla durante el lavado. Tiene un gran poder de absorción por lo que tarda bastante tiempo en secar, recomendándose lavar sus prendas a una temperatura baja con un jabón neutro y su planchado a 150º de temperatura siempre protegido con un paño húmedo con el fin de evitar brillos y cambios de color a tonos más amarillos.
  • Se recomienda lavar sus prendas en seco o con un jabón neutro frotando muy poco, se puede poner unas gotas de vinagre en el último aclarado con el fin de avivar los colores y evitar su corrimiento. Se recomienda su planchado en húmedo a una temperatura de 150º.
  • Poliéster. Es aconsejable su lavado a temperaturas inferiores a 60º pues en caso contrario puede encoger y volverse áspero, del mismo modo su temperatura de planchado debe ser inferior a 150º pudiendo quemarse si se sobrepasa esa temperatura.

Otros tipos de tejidos menos comunes

Además de los que os hemos mencionado, lo cierto es que existen otros tipos de tejidos que, aunque se usan, la realidad es que son menos comunes, como pueden ser:

  • Rayón o viscosa. Es una prenda muy sensible al agua con la que pierde resistencia y apresto, por lo que se recomienda su limpieza en seco o lavar a temperaturas inferiores a 30º, al mismo tiempo que presenta una gran tendencia a arrugarse, su planchado debe situarse en torno a los 150º.
  • Acrílica. Su temperatura de lavado no debe sobrepasar los 30º, en caso contrario puede encoger y cargarse de electricidad. Su planchado, en caso de ser necesario deberá ser en torno a los 110º, si sobrepasa los 200º puede fundirse y arder.

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