Existe un problema que es capital en lo que respecta a la economía española y que marca una diferencia brutal en lo que respecta a nuestra economía con las demás. Desde luego, está claro que España tiene un problema que hace que nuestras empresas sean menos competitivas que las del resto de los países de nuestro entorno. Y esa diferencia se debe a la productividad de los trabajadores de este país. Pero, cuidado. No estamos acusando a nadie de que trabaje menos de lo que debe. De lo que estamos hablando es que la apuesta tecnológica en el mundo laboral en nuestro país sigue siendo bastante deficitaria.
Mejorar en este punto es un tema bastante habitual en muchas de las ferias empresariales que se desarrollan en nuestro país. A menudo solemos tener en cuenta las opiniones y las valoraciones de expertos y empresarios de otros países, que están de acuerdo en que la mayoría de las empresas puede mejorar un pelín al menos en materia tecnológica. Cuando esta opinión es compartida por varios expertos es por algo. Y es que no podemos seguir con una venda en los ojos.
Un artículo publicado en la página web de El Confidencial informaba de las principales razones por las cuales una economía como la española presenta una productividad tan baja. Lo cierto es que esto tiene una explicación y el factor tecnológico tiene una incidencia que es tremenda en este aspecto. El artículo apunta que es imprescindible hacer nuestras industrias más grandes y para ello es fundamental que apostemos por los sistemas tecnológicos más modernos. De lo contrario, lo que ocurre es que perdemos productividad por todos los costados.
Hay datos que todavía son más alarmantes. Un artículo del diario El País, publicado en su sección Cinco Días, ponía de manifiesto que la productividad en España es un 44% más baja que la de un país como lo es Estados Unidos. Claro, si tenemos en cuenta cuál es la apuesta tecnológica de un país y de otro, podemos llegar a entender esta diferencia. Y es que solo con la mejor tecnología o la mejor informática somos capaces de crear una perfecta organización y coordinación tanto entre empleados de la misma fábrica o empresa como entre diferentes entidades.
Hoy en día, el que no se quiere adaptar a las nuevas tecnologías para ganar en productividad es porque no pone todo de su parte. Es cierto que esto requiere de una inversión y que no todas las empresas pueden asumirla. Pero es necesario comprender que, para lograr una mejor productividad y una mejor organización interempresarial y dentro de una misma empresa, es imprescindible apostar por la tecnología. Los profesionales de Inforges nos han comentado que, a pesar de que en España todavía tenemos muchos aspectos por resolver, parece que las empresas están empezando a dar pequeños pasos adelante en lo relativo a este tipo de labores.
Esta labor, fundamental para garantizar la perfecta coordinación con empresas extranjeras
Nunca ha existido una coordinación de empresas como la que existe en la actualidad. Empresas españolas y de otros países están conectadas de una manera directa gracias a Internet y está claro que esto debe servir para mejorar la productividad de todos y cada uno de los empleados y empleadas. Pero para eso es necesario que la apuesta por la tecnología sea algo real e instalado en todas y cada una de nuestras entidades.
Controlar la producción y hacer que sea lo más grande posible es fundamental para todas y cada una de las empresas que componen nuestra sociedad. Y está claro que, si no lo conseguimos, tenemos un problema que es bastante grave. Vivimos en un momento en el que, con todos los avances tecnológicos de los que disponemos, no ser eficaz resulta realmente difícil de entender.
Los resultados son, simplemente, una cuestión de tiempo si decidimos apostar por una cuestión como la tecnológica. Es lo que piensa la mayoría de los expertos y los profesionales de Inforges. No cabe la menor duda de que la tecnología y todas las aplicaciones que de ella se pueden utilizar en el entorno laboral son sinónimo de progreso, de eficiencia y de mejora de las comunicaciones entre personas, entre departamentos, entre empresas y, en definitiva, entre países.