Hoy nos gustaría analizar el marketing que se realiza en el sector de las bebidas con alcohol. ¿Por qué? Pues porque se trata de un sector que siente en sus carnes la prohibición. Ya sabes que al tratarse de bebidas con alcohol no pueden anunciarse en ciertos sitios ni a ciertas horas. Esto provoca que los creativos de estas marcas tengan que darle al coco para no pasar la frontera de lo prohibido. Un poco me recuerda a lo que se hacía en plena época de la dictadura de Franco con las películas y los anuncios.
Apuestan por los famosos e influencers
Una de las formas más modernas de hacer publicidad es la de contar con los famosos para que lo hagan a través de las redes sociales. De toda la vida hemos tomado algo porque nos dicen que ‘probáramos’. Ahora bien, si esa recomendación viene por parte de una persona famosa, pues ya ni lo pensamos. Las marcas del sector bebidas apuestan por organizar eventos dirigidos a ‘foodies’, blogueros e ‘influencers’ de internet para dar a probar sus productos. Se huye de ‘catas al uso’, y se apuesta por experiencias más participativas, como talleres de coctelería donde estos ‘infuencers’. La idea es tener experiencias. Incluso ya se han puesto de moda las scape room de bebidas. Las de cerveza tienen mucho éxito.
El empaquetado
Si te has dado cuenta, el empaquetado de las bebidas con alcohol no tienen nada que ver con las del resto. Son mucho más atractivas, sobre todo si hablamos de las cervezas. Y es que no hay duda de que al consumidor le atraen las innovaciones. Las novedades llaman la atención, en bares y restaurantes pero también en las estanterías de los supermercados.
Hay que llamar la atención desde los ‘packagings’ porque resulta fundamental. Bebidas como la ginebra, el ron oscuro o el whisky son y serán un objeto de regalo muy demandado. Las marcas apostarán por seguir creando ‘kits‘ que incorporen valor añadido, más allá del propio producto: recetarios, herramientas de coctelería, cristalería. Hace unos días vi un paquete de ginebra que incluía copas Giona, las mejores del mercado. Seguro que mucha gente se compra el paquete solo para poder tener esas copas en su casa. El gran objetivo de estas marcas es fidelizar. Intentar que posteriormente cuando vayas a los bares te acuerdes de su marca.
Las redes sociales
A falta de poder anunciarse en la televisión o en la prensa, las marcas de bebidas alcohólicas han encontrado su mejor forma de expandirse en las redes sociales. Un porcentaje cada vez más elevado de consumidores comparten su opinión en Internet, especialmente cuando no están satisfechos. El tema de las bebidas se ha convertido en tema de conversación y en un eje de socialización en muchos segmentos de la población. La transparencia es fundamental, y las redes sociales el escenario perfecto para poner a disposición del consumidor información que genere confianza. Son muy conocidas las campañas que realiza la marca Cruzcampo. Sobre todo su Comunnity Manager que contesta a todo, ya sean alabanzas o duras críticas.
Algo visual
Las Redes sociales como Instagram se vuelven claves, haciendo que el aspecto de una bebida sea tan importante como su sabor. No solo en el diseño de packagings que hablamos antes está el secreto, o en las propias botellas, sino que se detecta una fuerte apuesta por la creación de cócteles como una de las claves en la estrategia visual de las marcas. Si tú ves en sus redes algo atractivo irás a por ello.
Las ferias
En las ferias, una empresa de bebidas alcohólicas es cuando se puede promocionar y hacer marketing. Allí no tendrá problemas. Un referente en España es FIBAR, en Valladolid, ya muy consolidado y que todos los años congrega a los mejores del mundo. En Madrid se han celebrado las dos primeras ediciones de Mixologya, y otros eventos como Hostelco, Alimentaria o Madrid Fusión tienen sus espacios reservados para el sector bebidas. Allí es donde se pueden hacer buenas relaciones públicas.
Como has podido ver, el marketing no se acaba en un anuncio en televisión o en prensa. Ahora mismo hay muchas formas de poder llegar al cliente. El caso es tener originalidad y sobre todo, ir a buscarle tú. No se puede esperar como ocurría hace años que fuera el cliente quien eligiera la marca. Ahora es la empresa la que tiene que ir a por su cliente.