En los años 60 y 70, muchos hogares se decoraban con papel pintado pero en los 80 apareció el gotelé. Sin embargo, el papel pintado ha regresado para crear ambientes acogedores y podemos encontrar varias opciones de materiales y diseños. Son aptos para cualquier espacio, no exigen una gran inversión, no requieren hacer obra y podemos cubrir de color y estampados las paredes.
El papel pintado nos permite transformar por completo la decoración de una habitación sin cambiar muebles ni realizar reformas. Otra de las ventajas es que no precisa de ningún tipo de mantenimiento. Es un elemento imprescindible en la decoración porque aporta personalidad a cualquier estancia de la casa y su instalación es bastante sencilla.
El papel vinílico ofrece muchas ventajas, ya que es resistente a la suciedad y ligeramente aislante del frío. Pero si queremos optar por un papel transpirable y que elimina la formación de burbujas durante su colocación, debemos escoger el papel textil o de fibra de vidrio. Ambos son idóneos para zonas de humedad, como la cocina y el cuarto de baño.
La mayoría de los papeles pintados se colocan mediante una cola especial que se aplica sobre las paredes, pero hay que evitar que se formen burbujas de aire bajo el papel. Desde 20 minutos explican que «si queremos que no aparezcan burbujas, la pared debe estar lisa. Aunque tenga pequeñas imperfecciones, el papel lo tapará, pero debemos evitar los grandes desconchones o el gotelé».
Si queremos poner el papel pero tenemos azulejos, debemos tapar las juntas con una pasta alisadora y dejar secar. Lo ideal es apostar por un papel pintado autoadhesivo, que no necesita cola y que puede colocarse en cualquier espacio. Es buena idea incluir el papel pintado en la cocina porque conseguiremos transmitir personalidad, así que si la cocina es blanca podemos elegir un diseño en un color llamativo o con motivos de animales.
En cambio, si preferimos una decoración minimalista de líneas simples y depuradas, lo ideal es escoger un papel pintado que simula el mármol. Lo mejor es colocar el papel en la pared principal donde se sitúan la cocina y/o el fregadero, a modo de cenefa horizontal sobre la encimera. El papel pintado también es perfecto para decorar un dormitorio, ya que podemos adaptarlo al estilo de la habitación y crear un espacio acogedor.
Los profesionales de decoraziona home, expertos en artículos de decoración para el hogar y en papeles pintados de diferentes estilos, nos aconsejan cubrir solo una pared para destacar, especialmente si se trata de un espacio pequeño y colocar en la zona del cabecero un papel pintado de motivos vegetales para lograr un dormitorio único y con personalidad.
Un papel pintado en un tono verde transmite frescura, naturalidad, relajación y nos conecta con nuestro estado de equilibrio. Este color combina a la perfección con la madera, el latón y los colores pasteles. Con el papel pintado podemos conseguir un dormitorio de cuento, así que para decorar una habitación infantil lo ideal es optar por un diseño de lunas llenas y medias lunas en tonos pasteles.
Antes de colocar el papel es importante elegir una pared que tenga una buena visión frontal o que funcione como principal por algún otro elemento: dónde está el sofá, dónde está el cabecero de la cama o dónde está la mesa del comedor. Cuando se trata de delimitar espacios, podemos colocarlo por ejemplo en la pared del comedor para separarlo visualmente de la cocina.
Se recomienda jugar con el tamaño, ya que si la estancia es pequeña debemos optar por motivos pequeños en el estampado del papel para que se aprecie el diseño. Sin embargo, en los espacios más grandes podemos el elegir diseños amplios y maximalistas para evitar la excesiva repetición de los motivos. El papel consigue efectos ópticos porque si el espacio es estrecho se puede ensanchar con un diseño de rayas horizontales y si es corto se puede alargar con las rayas verticales.
Si elegimos un papel pintado de tonos claros y diseño minimalista podemos aportar luminosidad y sensación de amplitud en una casa pequeña y oscura. Además del estampado o del color, hay que tener en cuenta el acabado que tiene el papel, cuál es su resistencia a los golpes, si es lavable, etc. Los papeles lavables son capaces de soportar la humedad y resultan perfectos para espacios de mucho tránsito o para cocinas y baños. Es importante que el papel se adapte a la decoración del hogar y debemos escoger un color que combine con el de la pared.