Al escuchar la palabra constructora, nos viene a la mente una construcción de edificios. A priori, no vamos más allá. Sin embargo, como todos sabemos, este tipo de empresas, abarca mucho más que la construcción de edificios y viviendas. Aunque es lógico no darle muchas vueltas al asunto y asociarlas directamente a construcciones residenciales, puesto que es lo que más cerca está del ciudadano normal. No obstante, queremos acercarnos al mundo de la construcción y conocer de primera mano los tipos de constructora que podemos encontrar y, por consiguiente, los servicios que prestan.
Es posible que a más de uno y una le sorprenda descubrir que una empresa constructora, puede realizar una reforma en la vivienda, al mismo tiempo que levanta un edificio o un centro comercial. Dado que la construcción es una de las industrias más poderosas que más técnicas y materiales demanda para realizar su trabajo, se trate de una vivienda o de obras públicas, no está de más, conocer el enfoque de cada tipo de obra que acometen o las normas que deben seguir en función de la misma.
Para empaparnos bien en el tema, nos hemos acercado a BM Constructora, profesionales del sector con una dilatada experiencia en diversos tipos de construcciones. De su mano hemos conocido con mayor detalle, los diferentes tipos de construcción y algunas de sus características, porque su papel es fundamental a la hora de desarrollar infraestructuras, edificios y obras que dan forma a las ciudades. Cada tipo de empresa constructora cuenta con un ámbito de trabajo, aunque algunas, abarcan más de uno.
Contratar los servicios de una empresa constructora es tan necesario en algunas ocasiones como beneficioso en algunos aspectos de los que hablaremos más adelante. De momento, veamos cuales son los diferentes tipos de construcción que pueden ejecutar estas grandes empresas.
Construcción ¿residencial o comercial?
A diferencia de una empresa de reformas que se dedica a reformar y rehabilitar viviendas y edificios ya construidos, las empresas constructoras se ocupan de levantar el edificio o estructura desde sus cimientos. De tal manera que para ejecutar las obras se requiere otra metodología de trabajo, en función del tipo de construcción.
En el caso de las construcciones comerciales, se hace referencia a la edificación de estructuras con fines comerciales, es decir, tiendas, centros comerciales, oficinas, hoteles, restaurantes o todo tipo de locales o estructuras destinadas al ocio. Este tipo de construcciones se diseñan con la finalidad de ser duraderas, resistentes y funcionales ya que su finalidad, no es otra que la de albergar en su interior, negocios y todo tipo de actividades comerciales. Se trata de un tipo de construcciones complejas, por requerir conocimientos técnicos y especializados en diseño y construcción de edificios de gran tamaño y complejidad en su estructura.
Para su edificación, se utilizan técnicas y materiales concretos, como sistemas de iluminación, ventilación y aire acondicionado, así como sistemas eléctricos y materiales que ofrezcan resistencia al fuego, los terremotos y todo tipo de adversidad climatológica. Implica a su vez, un enfoque diferente en cuestiones de eficiencia y sostenibilidad, por lo que cada vez se utilizan materiales y tecnología enfocados a reducir el impacto medioambiental.
Otro de los tipos de construcción que acometen las empresas constructoras es la industrial. En este caso, se alude a la edificación de estructuras como almacenes, centros de distribución y logística o plantas de producción. Se trata de construcciones diseñadas para ser funcionales, resistentes y, por supuesto seguras para albergar la maquinaria necesaria y seguir los procesos y actividades industriales correspondientes.
A grandes rasgos, se centra en la utilización de materiales y técnicas de construcción específicas que garanticen la resistencia y estabilidad requeridas, así como la durabilidad de las estructuras para evitar y prevenir accidentes en el entorno industrial. Este tipo de construcciones utilizan de forma principal estructuras de acero, debido a que se trata de un material duradero y resistente a todo tipo de condiciones adversas. Además, este tipo de construcciones debe contar con sistemas de ventilación, iluminación, electricidad y plomería, adaptadas a cada industria.
Obviamente, las empresas constructoras, son las encargadas de levantar esas construcciones residenciales que nos vienen a la mente cuando mencionamos a estas empresas. En este caso, se trata de la edificación de las estructuras diseñadas y construidas para uso residencial: viviendas, casas, apartamentos… Se trata de estructuras duraderas, seguras y funcionales, con la finalidad de que sean habitadas por personas.
Este tipo de construcciones, utiliza diferentes tipos de materiales y emplea diferentes tipos de técnicas en función de la estructura y el presupuesto. Los materiales más utilizados son la madera, el cemento, la mampostería y el acero. El enfoque utilizado para este tipo de construcciones es aportar funcionalidad y comodidad por lo que los materiales se eligen para garantizar el confort y la seguridad. Pueden incluir sistemas de ventilación, calefacción y aire acondicionado.
Más tipos de construcciones
Además de las citadas, las empresas constructoras, se encargan de las construcciones consideradas de obra pública. Al hablar en estos términos, se alude a las construcciones de estructuras y obras que se financian por el gobierno, concebidas para beneficiar al público general, como es el caso de las carreteras, puentes, escuelas u hospitales, entre otras estructuras y edificaciones.
Del mismo modo, este tipo de edificaciones, se diseñan para ser duraderas, seguras y funcionales, con la finalidad de satisfacer las necesidades y demandas de la comunidad. La construcción de obras públicas, conlleva un enfoque en el que impere la eficiencia y la economía de recursos disponibles. Se utilizan para ello, los materiales y técnicas de construcción necesarias y específicas que garanticen estos objetivos. Cemento, acero, mampostería y madera son los materiales más utilizados, a razón de la estructura a levantar y, por supuesto, el presupuesto asignado al proyecto. Por otro lado, este tipo de obras debe tener muy presente la regularización y las normas legales que deben cumplir en todos los aspectos.
Por último, citaremos las obras de rehabilitación de edificios que acometen este tipo de constructoras. La renovación o reparación de las estructuras ya existentes, sea por deterioro, porque han sufrido daños o han quedado obsoletas, es necesaria en muchas ocasiones. Este tipo de obras, se ejecutan con la finalidad de restaurar las estructuras existentes, para prolongar su vida útil, mejorar su funcionabilidad y adaptarlas a los estándares del momento.
La rehabilitación de edificios, conlleva una evaluación del estado actual de la estructura, en la que se identifiquen con exactitud aquellas áreas que requieren mejora o necesitan ser reparadas. Las técnicas y materiales a utilizar varían notablemente en función de la edad de la estructura así como del tipo de la misma. Siendo algunas de las técnicas utilizadas más comunes, el refuerzo estructural, la actualización de los sistemas eléctricos y de plomería, la mejora en cuestiones de eficiencia energética y la estética y decoración.
De tal manera que, a la hora de acometer este tipo de trabajos, es necesario estar en posesión de un elevado nivel de conocimientos técnicos. Al tiempo que ser requieren habilidades especiales para realizar la evaluación e identificación, de todos aquellos problemas que deben solucionarse con la rehabilitación. Sin dejar a un lado los requisitos y regularizaciones de cada ciudad o comunidad autónoma.
Algunas empresas constructoras, se dedican también a la reforma de viviendas y otras estructuras, aunque como es fácil comprender, su trabajo abarca mucho más y es de mayor envergadura.
A la hora de tener que acometer una obra de estas dimensiones, sea de la tipología que sea, contratar los servicios de una constructora es sinónimo de garantía. Los servicios que estas ofrecen, aportan una serie de beneficios de gran utilidad a la hora de obtener los resultados deseados. Su aporte de experiencia y conocimiento es uno de ellos, puesto que cuentan con un equipo de profesionales con años de experiencia en el sector. Cada uno de los cuales, tienen un amplio conocimiento, de todos los procesos y técnicas que son necesarios para acometer un proyecto de construcción.
Al mismo tiempo, al contratar a una empresa constructora, se ahorra tiempo, ya que disponen de los recursos y el personal necesario para realizar el proyecto de forma rápida y eficiente. De otra manera hay que contratar a cada categoría de profesionales de forma independiente, lo que supone mayor gasto y pérdida de tiempo en la búsqueda. Esto supone a su vez, ahorro en los costes, ya que las grandes empresas cuentan con precios más bajos a la hora de adquirir los materiales y recursos necesarios para el proyecto.
Dentro de esos beneficios, no podemos olvidar que son sinónimo de calidad y ofrecen garantía de la misma. Se comprometen a ofrecer un servicio de calidad a sus clientes, cumpliendo con creces los estándares de calidad necesarios para garantizar que se complete el proyecto, en base a las especificaciones y necesidades del cliente. Cumplen de sobra con los estándares de seguridad y construcción pertinentes, por lo que la seguridad durante la ejecución del proyecto, es una realidad. Disponen de todos los conocimientos y habilidades necesarias para que así sea y, quede garantizada la seguridad en el lugar de trabajo de todas las partes involucradas en su ejecución.
Poco más podemos añadir respecto a las empresas constructoras, de sobra conocidas por todos aunque siempre las asociemos a construcciones residenciales.